En este nuevo post sobre transformaciones y renovaciones de joyas antiguas te voy a explicar un encargo que recibí de una Clienta muy especial, quien me pidió rediseñarle una joya que hacía tiempo que no se ponía para reconvertirla en otra totalmente nueva pero que mantuviera toda la identidad, personalidad y belleza de la antigua.
Su encargo es uno de los que más me fascina y disfruto haciendo por la importancia que para la Clienta tiene su joya antigua. Como diseñadora de joyas, es un reto el tener que rediseñar una joya antigua y adaptarla a las necesidades y gustos actuales de mis Clientas pero con la peculiaridad que alguna me insiste en que no alteré la joya original pues para ella tiene un valor emocional muy especial.
El colgante cruz
En este caso te voy a a explicar como transformé una cruz que mi clienta había utilizado como colgante en una pulsera con un diseño actual, fresco y elegante.
Mi clienta me llama un día y me cuenta que entre su ajuar ha encontrado suelta y abandonada una preciosa cruz. Al verla recordó lo mucho que le había gustado en su día y todo el tiempo que la llevó. De hecho, me contó que se transportó a la época en la que la llevaba habitualmente y que le volvieron a su memoria recuerdos y aventuras que tuvo entonces y que asociaba con dicha cruz.
Llena de buenos recuerdos vino a verme para preguntarme cómo le podía transformar el colgante de cruz en una nueva joya. Me dijo que ya no quería volverla a llevar como colgante pero que le hacía mucha ilusión volvérsela a poner de alguna manera nueva, con un aire y un toque informal pero siempre que se apreciara toda la belleza, importancia y originalidad de su joya original (algo que como verás a continuación era bien cierto)
Colgante cruz de amatistas, convertido en pulsera
Como siempre, antes de realizar ningún encargo me gusta conocer muy bien a mi Clienta. En este caso, al ser una clienta habitual ya sabía perfectamente qué estilo de mujer era, cuáles eran sus gustos y preferencias, así como el tipo de joyas que llevaba habitualmente. Después de toda esta reflexión y varias pruebas, decidí que la mejor opción para ella era convertirle la cruz colgante en una preciosa pulsera que la incorporara y donde la cruz tuviera todo el protagonismo que se merecía y que mi Clienta quería.
Una vez tuve la cruz en mi atelier de Barcelona, lo primero que hice fue pulirla para que recuperara todo el brillo y color de sus preciosas amatistas (las cuáles, por cierto, energéticamente hablando son gemas muy poderosas, que protegen a quien las lleva y le aportan serenidad).
Nueva pulsera con cruz de amatistas
Hecho lo anterior, le propuse a mi Clienta la idea de hacerle un macramé en hilo de algodón del mismo tono que las piedras, y así darle a su nueva joya ese toque informal en el que tanto había insistido. Al utilizar el mismo un tono de color de hilo que el del color de las amatistas, conseguí que las gemas resaltaran y que el conjunto fuera aún más joya.
Aquí acabo la historia de la creación de esta preciosa pulsera. Espero que te guste el resultado final y que la lectura de este post te aporte nuevas ideas sobre cómo puedes transformar joyas antiguas que ya no te pones y convertirlas en una pieza nueva que te apetezca mucho volverte a poner. Por cierto, me olvidaba decirte algo que me preguntan muchas veces. El precio de realizar una trasnformación de este tipo se mueve a partir de los 105 Eur.
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